Cómo evitar los pensamientos negativos y promover el bienestar mental

En nuestra vida diaria, los pensamientos juegan un papel fundamental. A menudo, nuestros pensamientos nos ofrecen mensajes útiles que guían nuestra conducta. Sin embargo, también pueden aparecer pensamientos automáticos negativos que influyen en nuestras emociones y conductas, y nos sumergen en un ciclo perjudicial. Entrar en la dinámica de pensamientos negativos es fácil, pero es importante aprender a controlarlos para promover nuestro bienestar mental.

Reconociendo y comprendiendo los pensamientos negativos

El primer paso para evitar los pensamientos negativos es reconocerlos y comprender cómo se desencadenan. Muchos de estos pensamientos son automáticos y no tenemos control directo sobre ellos. Intentar evitarlos puede ser en vano, ya que al esforzarnos por evitarlos, paradójicamente, pueden aparecer con más frecuencia. En lugar de evitarlos, es importante aprender a no darles un valor excesivo y evitar dar vueltas y vueltas al mismo tema.

Estrategias para controlar los pensamientos negativos

Existen diferentes técnicas que pueden ayudarnos a controlar y disminuir los pensamientos negativos. Aquí te presentamos algunas de ellas:

1. No evitar pensamientos

En lugar de tratar de evitar los pensamientos negativos, es importante aceptar que son parte de nuestra experiencia y que no siempre tenemos control sobre ellos. Los pensamientos automáticos son producto de nuestras experiencias y aprendizajes, y en la mayoría de las ocasiones, no somos responsables directos de su aparición. Al intentar evitarlos, podemos hacer un esfuerzo mental que, paradójicamente, hace que esos pensamientos aparezcan con más frecuencia. Aceptarlos y no luchar contra ellos puede ser un primer paso para controlarlos.

2. No valorar los pensamientos negativos

Si bien no podemos evitar los pensamientos automáticos, sí podemos evitar la valoración que hacemos de ellos. Darles vueltas y vueltas a los mismos pensamientos y preocupaciones solo refuerza su presencia en nuestra mente. En lugar de analizarlos en exceso, es importante tratar de no darles un valor desproporcionado y centrarnos en buscar soluciones y enfoques más positivos.

3. Detener las preocupaciones

Una técnica útil para controlar los pensamientos negativos es registrarlos y luego detener las preocupaciones con una palabra clave como «STOP» o «BASTA». Registrar nuestros pensamientos y preocupaciones diariamente nos ayuda a conocerlos y comprender cómo interpretamos determinadas situaciones. Una vez identificadas las preocupaciones, podemos usar la parada de pensamiento para interrumpir el ciclo de pensamientos negativos y redirigir nuestra atención hacia pensamientos más constructivos.

4. Técnicas de distracción

Cuando nos sentimos abrumados por los pensamientos negativos, a veces la mejor manera de afrontarlos es mediante técnicas de distracción. Cualquier forma de distracción es válida, ya sea cantar, hablar con alguien, salir a pasear, hacer crucigramas o cualquier actividad que mantenga nuestra mente ocupada. El objetivo es alejar nuestra atención de los pensamientos negativos y redirigirla hacia algo más positivo.

5. Practicar ejercicio físico

El ejercicio físico es una excelente forma de combatir la ansiedad y el estrés. Durante el ejercicio, se liberan sustancias químicas en nuestro cerebro que tienen un efecto similar al de algunos ansiolíticos y antidepresivos, pero sin los efectos secundarios. Además, el ejercicio nos ayuda a distraernos, a liberar tensiones y a mejorar nuestro estado de ánimo.

6. Utilizar autoinstrucciones positivas

Las autoinstrucciones positivas son frases que nos decimos a nosotros mismos para afrontar determinadas situaciones de manera más adaptada. Estas frases pueden ayudarnos a disminuir los pensamientos negativos y reducir el nivel de ansiedad. Algunos ejemplos de autoinstrucciones positivas son: «Puedo hacerlo», «Voy a controlar mi ansiedad» o «No tiene sentido buscar interpretaciones negativas de las situaciones». Utilizar estas frases motivacionales puede ayudarnos a cambiar nuestra perspectiva y a promover pensamientos más positivos.

Conclusiones

Los pensamientos negativos pueden influir en nuestro estado de ánimo y, si no los controlamos, pueden generar un malestar intenso. Es importante reconocer que nuestros pensamientos negativos son solo un punto de vista, una opinión que tenemos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. No son verdades absolutas, sino hipótesis formadas a partir de nuestras experiencias y aprendizajes. Al registrar y comprender nuestros pensamientos, podemos aprender a controlarlos y a promover un mayor bienestar mental. Utilizando técnicas como no evitar los pensamientos, no valorarlos en exceso, detener las preocupaciones, practicar técnicas de distracción, hacer ejercicio físico y utilizar autoinstrucciones positivas, podemos aprender a controlar los pensamientos negativos y a promover una actitud más positiva en nuestra vida diaria. Recuerda que no todos los pensamientos son verdades y que tenemos el poder de cambiar nuestra perspectiva y enfocarnos en lo positivo.

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